Pillpinto
es una creación del Grupo Libres, sobre una idea de Laura Vinaya. En
los comienzos del proceso la actriz investigó acerca de las diferentes
construcciones sociales alrededor de la idea de infancia. Con la premisa
de que en los niños y niñas se reflejan nuestras carencias e
injusticias como humanidad, siendo este espejo quizás, el más doloroso
en el que cada día vemos quiénes somos realmente. A partir de estas
ideas comienza un proceso largo de improvisaciones y búsqueda de
imágenes en la escena en compañía de Martín Hernández (titiritero,
profesor en artes visuales) y de Fiorella Corona (actriz, cineasta) que
dan origen al personaje. Años más tarde culmina el proceso bajo la
dirección y puesta en escena de Pablo Otazú (actor, director), en la
sala Teatro El Galpón de Luis Beltrán el día 14 de septiembre del 2013.
La
idea es que el público se conmueva, se lleve de la sala algo en que
pensar, pero que ese pensamiento esté cargado de emociones vividas a
través de la risa y también del llanto; esto lo permite el tono clown
con el que está cargado la actuación.
Finalmente,
la obra está dedicada a la memoria de Daniel Solano y de Atahualpa
Martínez Vinaya, pero sobre todo a la lucha que llevan sus familias por
encontrar la verdad y la justicia; intenta una lectura crítica de la
realidad en que vivimos pero además sembrar la pregunta, la reflexión;
ya que el teatro es para esta actriz, la posibilidad de crear una
metáfora acerca de lo cotidiano hermoso como violento a la vez.